“Si, por falta de uso, una mente se vuelve torpe en
la vejez, la culpa es tan solo de su dueño” (Samuel Johnson)
ADULTOS, ESTUDIANTES NO TRADICIONALES
Para un mejor análisis de esta
publicación, es importante iniciar entonces por lo que considera Deb Peterson,
como el significado de ‘estudiantes no tradicionales’ y el comienza haciendo una breve pregunta
sobre ¿Quiénes son?, y luego nos responde, que: “son aquellos que cuentan con 25 años o más y han regresado a la escuela para
obtener un título, un certificado profesional o un título avanzado” agrega más
adelante, que “son adultos
que decidieron regresar a la escuela después de la edad universitaria entre los
18 y24 años” indica además que “muchos son aprendices de por vida que saben
mantener sus cerebros enganchados, que los mantiene jóvenes y vibrantes por más
tiempo”.
Más
adelante, aclara que, “estos estudiantes, no son los graduados de secundaria que
tienen 18 años de edad, pero si son ávidos estudiantes ‘no tradicionales’, son
estas personas, que nacieron entre los años de 1946 y 1964”, y hace mención, a
una generación de adultos, nacidos en esa época “los llamados ‘baby boomers’ que ahora se están reuniendo
para terminar grados o ganar otros nuevos, ya están en sus 50s, 60s y 70s.”
Para
el autor, “estos estudiantes ‘no tradicionales’, cuentan con una estilo de vida
y una estabilidad financiera, para hacer de su paso por la universidad, una
experiencia más significativa, aun cuando tengan familias, carreras y
pasatiempos” es decir, no son estudiantes exclusivos, sino, que cuentan con una
larga historia de vida.
Además
Deb
Peterson, destaca, que “esta
educación de adultos, en el sentido más amplio, es cualquier forma de
aprendizaje, que se realiza más allá de la escolarización tradicional, la cual,
abarca desde la alfabetización básica, hasta la realización personal”, es decir,
“desde ser un aprendiz, hasta la obtención de títulos avanzados”.
Ahora bien, el autor, presenta características definidas, para aplicar
en la educación de adultos, ya que tiene un enfoque diferente, que el utilizado
en la educación tradicional, “basado en el hecho, de que, los adultos son: más
autodirigidos; entonces, requieren menos orientación y además, son más maduros por
lo cual, aportan más experiencia a la tarea de aprender.
Para
Deb
Peterson, “los adultos están
listos para aprender y preparados para lo que necesitan saber, además, están más
orientados al aprendizaje centrado en el problema, que centrado en el sujeto” y
lo más importante, es que “se encuentran, más motivados internamente”
Luego, el autor recuerda, que no siempre fue
así, ya que, “la educación de adultos era algo que una vez fue desaprobado” en
algunos casos no se le daba la seriedad y la credibilidad necesaria, “pero ahora
es seguro, creíble y súper cómodo”, ahora bien, para que se logren los
objetivos se requiere de métodos, por ello, “es necesario aprender también a
como gestionar el tiempo” y esto es crucial “pues para ellos el aprendizaje es
simplemente divertido” y no parte de un compromiso adquirido por otros.
También,
se menciona en el mismo artículo, que los adultos, “una vez dispuestos y antes
de que lo sepan, estarán detrás de los pupitres, en las aulas, en un edificio
tradicional de ladrillo, en una comunidad local o quizás estudiando ‘on line’
mediante una computadora en el Internet”.
Ahora
bien, “uno de los objetivos principales de la educación de adultos es la
alfabetización funcional”, por ello destaca Deb Peterson
que, “organizaciones como el
Departamento de Educación de los Estados Unidos y la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) trabajan
incansablemente para medir, comprender y abordar el analfabetismo de adultos”
no solo en los Estados Unidos, sino, que en todo el mundo.
Ciertamente,
el autor hace hincapié en la educación de adultos como, “sinónimo de educación
continua” y que “el mundo del aprendizaje permanente está abierto y abarca una
variedad de circunstancias”, entre ella esta ir a la universidad por primera
vez o regresar para terminar un grado, quizás obtener una licenciatura o tal
vez aprender una habilidad técnica”
De igual manera, menciona que es
importante saber que “los adultos aprenden mejor cuando entienden, qué algo es
importante”, saber “si el tiempo es correcto, ya que tienen la libertad de
aprender a su manera “ y además, es más efectivo si el aprendizaje es experiencial”
pues “el proceso es positivo y alentador”.
Pero,
para que este proceso se cumpla, Deb Peterson,
presenta algunos principios
básicos que se deben tomar en cuenta en el proceso, como “asegurarse
de que el estudiante adulto entiende ‘el por qué’ ya que, la mayoría de los estudiantes adultos están en la
clase porque allí quieren estar”, otros “porque tienen requisitos de educación
para mantener un certificado actual”, pero “la mayoría, están allí porque han
elegido algo nuevo, que quieren aprender”.
Así mismo, presenta, otro
principio muy importante y es “el respeto de a los estudiantes” pues ellos “tienen
diferentes estilos de aprendizaje” y aquí se pueden señalar “los tres estilos de
aprendizaje que son el visual, el auditivo y el cinestésico”.
Es
decir, “para los aprendices visuales que confían en las imágenes se puede
utilizar gráficos, diagramas e ilustraciones” señala¡ que para ellos “su lema
es ‘Muéstrame’, quizás, se sienten en la parte delantera del aula para evitar
las obstrucciones visuales y mirar al maestro”, estos alumnos “quieren saber
cómo es el tema”, es por eso que “para comunicarse mejor con ellos, puede
proporcionarles folletos, escribir en el pizarrón y usar frases como, ‘¿Ves
cómo funciona esto?’”
En
el caso, de los estudiantes auditivos “estos escuchan cuidadosamente cada
sonido, asociado al aprendizaje”, y “su lema es ‘Dime’, estos seguro que prestarán mucha más atención al
sonido de la voz y de todos los mensajes sutiles” y “participarán activamente de
las discusiones”; con estos estudiantes “se debe hablar claramente, haciendo preguntas
y usando frases como, ‘¿Cómo te suena eso?’”
En
cuanto, a “los estudiantes táctiles o cinestésicos, necesitan hacer algo físico
para entenderlo”, a estos les viene bien el lema de ‘Déjame hacerlo’, ya que “confían
en sus sentimientos y emociones acerca de lo que están aprendiendo y cómo se
les está enseñando”, y es que “realmente quieren tocar lo que están aprendiendo”.
Deb
Peterson, destaca que “son
los que se levantan y ayudan con el juego de roles y con la participación como
voluntarios”, además “son los que practican lo que están aprendiendo, así que
se puede aplicar el uso de frases como, ‘¿Cómo te sientes acerca de eso?’”.
En
realidad, “la mayoría de las personas mientras están aprendiendo suelen usar
los tres estilos” y esto “es lógico ya que todos tenemos cinco sentidos, con
excepción de aquellos que presentan alguna discapacidad”, pero “casi siempre se
prefiere o se destaca un estilo”.
Finalizando, se refiere a un
cuarto principio, sumamente importante y es que "Cuando el estudiante está listo, el maestro
aparece", el autor indica que “este
es un proverbio budista pero muy lleno de sabiduría”. Pues no importa lo que un
profesor intente, “si el estudiante no está listo para aprender, lo más
probable es que no lo haga” y al respecto termina preguntándose “¿Qué significa
esto para un maestro de adultos?”, pues que “afortunadamente, los estudiantes
están en clase porque quieren estar” y es que “ellos ya han determinado que es
el momento adecuado”.
Definitivamente,
“el trabajo es escuchar cuidadosamente los momentos de enseñanza y
aprovecharlos. Cuando un estudiante dice o hace algo que desencadena un tema es
el momento de ser flexible y enseñar.
Finalmente,
“más allá de la enseñanza, esta la oportunidad de inspirar confianza y pasión
en otro ser humano y este tipo de enseñanza cambia vida”.
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